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  • Maria Paula Rueda Yepes

Interconexión: Empatía, valentía y bondad



En el mes de julio seguiremos reflexionando sobre la interconexión de la mano de las cartas de medicina animal, un oráculo inspirado en la sabiduría de los pueblos indígenas del norte de América. Esta baraja nos ha regalado tres cartas para guiar esta indagación: un llamado, es decir una invitación a actuar, una medicina, es decir el tono o la manera como nos sugiere actuar y un método, es decir una estrategia, una guía que nos ayuda a realizar esta acción desde esa medicina.


El llamado viene de la carta de la Serpiente, que representa entre otras cosas, la capacidad para transmutar o transformar todos los venenos que encontramos en el camino, sean estos físicos, mentales, emocionales o espirituales, en posibles aliados o medicinas para nuestra vida. La transmutación, asociada a la energía y poder del fuego, permite que convirtamos en medicina todas esas experiencias que, sin ser procesadas apropiadamente, podrían potencialmente envenenarnos. Aceptar los diferentes aspectos de nuestra vida, revisarlos y confrontarlos nos ayuda a conectar con la energía transmutadora del fuego de la consciencia.


Esta carta nos hace un llamado a vivir las experiencias que cruzan nuestro camino con voluntad y sin resistirnos. También nos invita a reconocer que existen deseos, pensamientos o acciones que necesitamos cambiar para acceder a la consciencia de unidad, a la salud en diferentes niveles de nuestro ser y a la interconexión con todos los seres.


No en vano, el símbolo usado por Hermes para representar a la medicina, son dos serpientes entrelazadas, que además simbolizan el principio femenino y masculino en conjunción y armonía.


La capacidad que tiene la serpiente para cambiar de piel nos habla del proceso de vida, muerte y renacimiento que estamos viviendo constantemente. Su medicina nos recuerda que todas las cosas son iguales en la creación y que como ella, hay momentos en los que necesitamos cambiar de piel para dejar atrás nuestra viejas maneras de actuar, pensar o sentir.


Para lograr esta transmutación la baraja nos regala la medicina del venado. Amable, dulce y gentil, el venado nos recuerda que no siempre la fuerza es el mejor antídoto para las situaciones que nos causan controversia o desagrado.


Cuenta la leyenda que camino hacia el lugar en donde moraba el Gran Espíritu, ese ser omnipotente, bondadoso y sabio que amaba y ayudaba a todos los seres vivos, existía un demonio que asustaba a los animales que iban su encuentro obstruyendo su paso e infundiendo en sus mentes y corazones la idea de que el Gran Espíritu no quería ser molestado .


Los animales regresaban asustados y tristes en su intento frustrado de ver al Gran Espíritu pues los poderes del demonio no podían ser conquistados por la fuerza, era demasiado poderoso y aterrorizante. Sin embargo, este no fue este el caso del venado. Pensaría uno que un animal tan ligero y dulce jamás podría enfrentar a un demonio. Precisamente porque su poder nada tenía que ver con la fuerza; el venado porta las medicinas de la gentileza, la valentía, el amor y la compasión. Ante la presencia del demonio y sus amenazas, el venado gentilmente le pidió que lo dejara pasar. Valiente y grácil permaneció impávido ante las amenazas vociferantes del demonio. Lo miró con amor, se compadeció de él y permaneció firme en su presencia pidiendo de nuevo que lo dejara pasar. Nadie había mirado a ese demonio con compasión. Ante tal acto de entrega y amor la coraza del demonio se fue derritiendo, abriendo paso al venado en su camino de peregrinación.


Esta leyenda me recuerda a esos muchachos y mujeres que en medio de las protestas ponen flores en las bocas de los fusiles de los soldados, abrazan y ofrecen sonrisas sin armaduras a policías que los superan en objetos de defensa personal y ante todo, gozan de una suerte de inmunidad espiritual frente el odio del opresor. Ese tipo de valentía amorosa que se sostiene impávida ante los demonios, es para mi un súper poder más impresionante que la fuerza descomunal de Hulk.


Al igual que el venado, podemos darle una cara amable a esos monstruos que nos encontramos por el camino para derretir sus corazas y penetrar en su interior. La gentileza y ausencia de miedo de un corazón abierto, puede ayudar a sanar heridas que sólo se vuelven más profundas cuando insistimos en exponerlas desde el juicio de nuestra razón que no perdona lo que no comprende. “Así como el pelaje jaspeado del venado, la luz y la oscuridad pueden ser amados para crear gentileza y seguridad para aquellos que están buscando La Paz”. 1


El venado también nos invita a reflexionar sobre esos miedos que proyectamos en otros y no vemos como nuestros. Nos pone un espejo frente al cual es innegable notar que mucha de la oscuridad que vemos afuera también la llevamos adentro. Por eso mismo, es el amor la mejor de todas las medicinas. Si logramos amar rasgos nuestros y de otros que usualmente rechazamos, es probable que se disuelvan muchos de los demonios que nos atormentan. El venado nos incita a poner limites desde la gentileza y la compasión porque son estas virtudes las que nos dan un verdadero balance para ejercer nuestro poder.


Quienes nos hemos visto afectados o conmovidos por los hechos recientes de la crisis social colombiana podríamos beneficiarnos de la medicina del venado para no seguir perpetuando la tensión y las guerras que se gestan entre familiares y amigos a la hora de dar nuestra opinión sobre los hechos. Ver a nuestro país colapsar en muchos frentes, evidenciar injusticias y seguir sintiendo la ola de violencia que ha marcado históricamente a nuestro país, puede despertar a los gigantes del miedo y la ira entre nosotros. Es natural, estamos hartos de no poder vivir en paz y creemos que hay soluciones que siguen sin implementarse. Precisamente por ello, la medicina del venado viene a ofrecernos una alternativa que la guerra no conoce ni contempla: la de contrarrestar a la dureza con gentileza.


Entonces, si el llamado es a transmutar como la serpiente y hacerlo desde el amor y gentileza como el venado, ¿qué práctica nos ayuda en esta empresa? La carta de la rana nos responde regalándonos pistas para el método. Este animalito que canta y croa con la lluvia está relacionado con el elemento agua y por lo tanto con la limpieza, la fluidez y la purificación.


Ella nos pide que limpiemos nuestra vida del lodo de las distracciones y lo remplacemos con agua clara. Se necesita un corazón limpio para darle lugar al amor. Para esto es importante darnos cuenta cuándo estamos cansados, agobiados o nerviosos y tomarnos un descanso o hacer alguna práctica de purificación que nos ayude a restablecer el equilibrio y la salud. El elemento agua que invoca la rana, nos ayuda a darle a nuestra alma y nuestro cuerpo, el apoyo, la energía y la purificación que necesitan.


Así es que escuchando a la rana, este mes crearemos rituales y actividades inspirados en las bondades del elemento agua para purificar el lodo que obstruye nuestra visión clara y así restituir el flujo de energía que nos permite conectar más naturalmente con la amabilidad y la transformación a la que nos llama el venado y la serpiente en un mundo que pide a gritos el cambio, la sanación y el amor.



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